En septiembre viene la avalancha de rupturas y el detonante común son las vacaciones.
Cuando pasamos más tiempo juntos, alejados de las rutinas y del estrés, es cuando salen a la luz nuestras carencias como pareja, pero aún estás a tiempo de prevenir los malos rollos y sinsabores que acompañan el periodo estival de muchas relaciones.
- Planifica el tiempo de ocio, equilibrando el tiempo compartido con tu pareja y el tiempo por tu cuenta. Tan importante es darle prioridad a buscar momentos para estar a solas, sin familia ni amigos, para disfrutar exclusivamente el uno del otro, como dejar espacio para uno mismo.
- Compartid actividades placenteras para ambos. Tener aficiones comunes es uno de los mejores predictores de éxito de las relaciones, así que si no las tenéis es urgente buscarlas.
- Intercambia palabras amables. Son gratis pero ponen vuestra relación en “saldo positivo”. Da y recibe elogios. Debes hacer muchos más comentarios positivos que negativos y dar reconocimiento a tu pareja cuando haga o diga algo de tu agrado, así repetirá con gusto.
- Aprovecha el tiempo extra compartido para comunicarte más y mejor. Esto implica contar cosas, compartir inquietudes, expresar sentimientos, tanto positivos como negativos y escuchar, preguntar e interesarte por los intereses de tu pareja.
- Repartid las tareas. Si los dos tenéis ahora la misma cantidad de tiempo libre, es justo que compartáis también las obligaciones que se mantienen durante el verano: la casa, los niños, etc.
Si quieres cambios, empieza por cambiar tú, que si la vuelta al trabajo ya será dura, puedes evitar que la vuelta con tu pareja también lo sea.