Tanto el no querer irse a la cama cuando llega la hora como el despertarse a mitad de noche o muy temprano por la mañana son problemas muy frecuentes en la infancia. Se calcula que aproximadamente el 35% de los niños menores de 5 años padecen problemas de insomnio. Te proponemos algunas pautas que te ayudarán a prevenirlo:
- Intenta seguir siempre la misma rutina, así el niño sabe qué viene a continuación y su cuerpo se preparará para el descanso. Puede ser algo como esto: A la misma hora comenzar con un rato de juegos sosegados, tipo puzles, dibujar, etc.; después tomar un vaso de leche, que es inductora del sueño; Un baño caliente también ayuda a relajarse. Y finalmente a la cama, donde si se lee un cuento que sea siempre el mismo y en un todo monótono y débil. Después, despedirse siempre del mismo modo. Cuantos menos cambios se hagan en el orden y el horario de las rutinas más eficaces serán.
- Que aprenda a conciliar el sueño por si mismo. A muchos niños les meten en la cama ya dormidos, por lo que si se despiertan a mitad de noche no saben volverse a dormir porque entonces están en su cuarto solos. Es mejor que se acostumbre desde el principio a que papá o mamá le acompañen a la cama, le hagan compañía unos 10 minutos, hablando sobre temas agradables, contando un cuento o cantando una nana, y después se vayan. Así será autónomo para algo tan necesario como saber dormirse.
- El dormitorio debe ser un espacio relajante y agradable. La ausencia de luz y ruido ayudan a “desactivarse”, pero tampoco es bueno que se le acostumbre a una oscuridad o silencio absolutos, pues después cualquier cambio le despertará. Los sonidos monótonos inducen al sueño, así que también puedes usar una misma canción relajante reproducida en bucle, que además hará de “pantalla de sonido” frente a los ruidos intermitentes de la casa.
- Es importante que asocie la cama o la cuna como lugar de descanso y no de juego, así que este espacio quedará destinado a dormir y, si acaso, a actividades relajantes. Algunos colores como el azul celeste son más relajantes, al igual que una habitación ordenada, bien ventilada y fresca.
- Para que no asocie oscuridad con nerviosismo y luz con la tranquilidad que proporcionan los papás, si se despierta o no concilia el sueño, al entrar a su cuarto a calmarle hay que hacerlo a oscuras. De este modo estaremos previniendo el miedo a la oscuridad.