Actualmente, y cada vez más, el sistema educativo ofrece una mejor atención a los alumnos con altas capacidades (AACC). Aún así, todavía queda mucho camino por recorrer. Debemos concienciar a la sociedad de que el alumnado con AACC necesitan una respuesta educativa que se adapte a sus características específicas.
Todavía existe una cierta confusión sobre este colectivo: la escasa preparación del profesorado en este ámbito, el desconocimiento de las familias, la falta de sensibilización por parte de las administraciones… Todo ello promulga que en la sociedad se extiendan afirmaciones falsas sobre este tipo de alumnos. Veamos cuales son las más comunes:
1)“Los alumnos superdotados destacan por sí solos”.
No es cierto. La realidad demuestra que sólo son detectados en torno al 50-60% de los alumnos con AACC.. Si el sistema educativo estuviese más preparado en la detección e identificación de este colectivo, se calcula que alcanzaríamos alrededor del 80%.
2) “Los alumnos superdotados siempre sacan buenas notas”
Falso. De hecho, un alumnos con altas capacidades puede fracasar precisamente porque el sistema educativo no está a la altura, no prevé medidas educativas que se adapten a sus características. No es raro que se desmotive, que tenga dificultades de adaptación o socialización, que no preste atención o que pierda el interés. Es decir, estos alumnos se aburren porque no se ven implicados en retos que le motiven hacia el aprendizaje.
3) “Los alumnos con altas capacidades no requieren de un apoyo especializado”
El docente debe trabajar con el objetivo de conseguir que todos sus alumnos desarrollen al máximo sus potencialidades. Atender a la diversidad es un principio básico y una obligación de los centros, por eso deben elaborar el Plan de Atención a la Diversidad. Así, según la LOMCE, los alumnos con AACC son “ACNEAE”(alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo). Es decir, aquel que requiere una atención educativa diferente a la ordinaria.
Dentro de los ACNEAEs se encuentran: alumnos con necesidades educativas especiales, por dificultades específicas de aprendizaje, TDAH, por haberse incorporado tarde al sistema educativo, o por condiciones personales o historia escolar.
Aunque consigan los contenidos mínimos establecidos por ley, el maestro será responsable de incentivar y motivar al niño para llegar al máximo potencial del alumno, a través de su propuesta de un programa de enriquecimiento curricular.
4) Los superdotados existen especialmente en clases sociales medias o altas.
Aunque la estimulación y el ambiente son muy importantes, la alta capacidad puede surgir en cualquier ambiente sociocultural. No obstante, aquel niño/a que disponga de medios y recursos, tendrá más oportunidades de participar en programas específicos, más apoyos, un amplio abanico de medidas, un grado más alto de estimulación, etc. Es importante recordar que la inteligencia no es estática, es dinámica y, por lo tanto, una persona va modificando su inteligencia a lo largo de su vida. La genética puede tener mucho que ver, pero también las experiencias del niño.
5) “Ser superdotado, es tener éxito asegurado”
En absoluto, y uno de los lastres con los que tenemos que lidiar es el etiquetado. El niño/a con AACC se puede sentir incomprendido, señalado o ser objeto de burla. La solución no es no hacer nada, sino saber actuar y enfocarlo con naturalidad, porque todos somos distintos en algo y requerimos estrategias y medidas diferenciadas.
Para terminar, no nos podemos olvidar de aquellos niños que, no siendo AACC, presentan un alto grado de motivación hacia el aprendizaje. También debemos considerar a estos alumnos objeto de una serie de medidas educativas que den respuesta a sus necesidades. Estos niños también se pueden aburrir en clase, perder la atención y el interés. Se les debe ofrecer, al igual que al alumno con AACC, una adaptación curricular que sea coherente con sus características: retos, proyectos, investigaciones, responsabilidades etc.
En definitiva, con este post hemos querido aclarar algunas dudas y desmitificar alguna información extendida en la sociedad. Es positivo que, ante la duda, padres y maestros estudien cada caso de forma individual para desarrollar el máximo potencial de nuestros niños/as.
José Luís Sánchez, Psicopedagogo y maestro.