Hoy os presentamos a Isabel Moya, directora y coordinadora de Isabel Moya Psicólogos.
Es psicóloga y asesora educativa
Isabel se licenció en Psicología por la UNED, con la especialidad en Psicología Clínica. Desde que acabó, no ha parado de formarse: tiene un Máster en Evaluación, Asesoramiento e Intervención psicoeducativa en niños y adolescentes. Además, durante seis años trabajó como terapeuta individual y grupal en el ámbito de la ludopatía y adicciones.
Desde 2009, Isabel dirige y coordina su propio equipo multidisciplinar, en el cuál se embarcó sola, pero con muchas ganas de crecer, aprender cosas nuevas y poder transmitirlas, y todo con el mismo objetivo: trabajar y poder vivir de su gran pasión, la psicología.
Os dejamos con su entrevista para que podáis conocer un poco más sobre su parte más personal.
1️⃣P: ¿Qué te impulsó a querer ser psicóloga?
R: Durante la adolescencia me sentía tan perdida que desarrollé una gran necesidad de entender, a mí misma, a los demás, las relaciones humanas…Y siempre me ha encantado escuchar, aconsejar, ayudar a los demás y considero un privilegio poder acompañar a las personas en sus procesos de cambio. Es como tener asientos en primera fila en un momento conmovedor y de resurgimiento de la vida de las personas.
2️⃣P: ¿Cuáles son las mayores satisfacciones e insatisfacciones que vives en tu trabajo?
R: Lo más gratificante es cuando te enfrentas a un caso complicado, bien por el batiburrillo psicopatológico que presenta o porque el paciente viene muy reticente, y tras la intervención consigue resolver su problemática con éxito. Y lo más frustrante es cuando te encuentras con gente, especialmente niños o adolescentes, con un gran potencial, pero con un contexto familiar, social o escolar, muy limitante y del que consigues poca colaboración o incluso un sabotaje de sus progresos.
3️⃣P: Empezaste a ejercer por tu cuenta muy joven y desde 2009 diriges un equipo de profesionales, ¿Cómo fue el que te decidieras a embarcarte en esta aventura empresarial?
R: Aventura de las buenas! Porque desde luego no se nos prepara en la universidad ni para trabajar como autónomos ni mucho menos para emprender una trayectoria empresarial… Supongo que nunca he aceptado recibir órdenes con las que no estaba de acuerdo, y en mi trabajo creo que el principal compromiso debe ser con el paciente, y de ahí trabajar en función de lo que sea mejor para él, y no para tu jefe. Empecé trabajando para otros y me chirriaba demasiado ver que no se hacían las cosas con el rigor y la implicación que yo consideraba necesarios.
4️⃣P: ¿Qué fue lo más complicado de emprender? ¿Cuál crees que fue la clave para conseguir salir a flote arrancando como lo hiciste en plena crisis?
R: Desde luego la falta de formación y experiencia en todo lo que conlleva la gestión de una empresa, y hacerlo sola, para lo bueno y lo malo. Pienso que tener el objetivo claro, confiar en uno mismo y ser constante son las claves para conseguir lo que te propongas. Y no tener miedo al fracaso, entender que equivocarse forma parte del proceso.
5️⃣P: ¿Qué haces para desconectar?
R: Con los años he aprendido a conectar y desconectar con facilidad, porque tenemos un trabajo que es muy fácil llevarse a casa…Pero el deporte, estar con amigos o disfrutando de la familia siempre ayudan. Tengo muchísimas aficiones, así que suelo desconectar del trabajo para “conectarme” con otras cosas.
6️⃣P: ¿Y cuáles son esas aficiones? ¿A qué dedicas tu tiempo libre?
R: Soy una lectora incansable, siempre voy y vengo con algún libro con el que estoy “encendida”. Me gusta la cocina, el mar, la montaña, los animales y el deporte, así que suelo buscármelas para montar a caballo, navegar o bucear, esquiar o hacer senderismo siempre que puedo. También me relaja mucho la jardinería, aunque se me da fatal, no recomiendo a nadie que me deje al cuidado de sus plantas…
7️⃣P: Llevas toda tu vida profesional como asesora educativa y ahora eres madre de dos niños ¿Te ha cambiado esto la forma de ver las cosas?
R: Pensaba que no sería así, pero me equivocaba. Por un lado, me he hecho más condescendiente con los errores de crianza de los padres, porque hasta que no lo vives, no sabes lo difícil que puede resultar hacer los malabares que esto requiere. Pero por otro lado, me he reafirmado mucho en saber que lo que llevaba años predicando funciona. Confío más si cabe en las herramientas que proporciona la psicología.
Sólo nos queda añadir que Isabel es el motor del equipo, quien hace funcionar a la perfección los engranajes, quien consigue (con mucha paciencia y ganas) reunirnos a todos y hacer que nos embarquemos siempre en nuevos proyectos, dándonos ese empujón, siempre con motivación, empatía y generosidad.