El hecho de sentir celos en algún momento de nuestra relación no indica que tengamos un trastorno, ya que el sentimiento de los celos es algo inherente al ser humano. Expresan temor a que otra persona pueda resultar más atractiva, mejor que uno mismo y como consecuencia ser abandonado por tu pareja. Posiblemente todos nos hemos sentido así alguna vez.
Al contrario los celos patológicos son diferentes. Se identifican en ocasiones por perder el contacto con la realidad, van más allá de lo evidente, no hay un hecho tangible y “real” que los desencadene. Se diferencian también por su intensidad y duración, provocan malestar intenso y avocan a la persona que los sufre en un círculo vicioso de malestar-comprobación-alivio-malestar-comprobación- alivio…..del que no saben salir. Hemos de explicar aquí que hay personas que saben que sus celos son desproporcionados y otras que están convencidas al 100% de que sus sospechas son ciertas, aún y no existiendo datos reales que apoyen sus dudas.
Los celos no son muestra de amor sino signos patológicos de posesión que hacen sufrir en sobremanera a nuestra pareja.
El perfil de personas que padecen este trastorno puede ser como describimos a continuación: Personas que no han desarrollado un apego adecuado con los padres, con inseguridades, con falta de confianza en los demás, falto de habilidades sociales, autoestima baja…etc
Si este problema no es tratado adecuadamente tiende a cronificarse y el deterioro en la pareja es cada vez mayor, por lo que recomendamos una intervención psicológica para conseguir un mejor funcionamiento y mayor felicidad en la vida de pareja. Tenemos que añadir que en algunos casos debemos añadir medicación psiquiátrica debido al sufrimiento, alto convencimiento y la elevada suspicacia que muestran algunos pacientes.
El psicólogo realizará unas sesiones de valoración y diagnóstico para ajustar las recomendaciones y tratamiento en cada caso.
Eva Clavaín. Psicóloga experta en Psicopatología y Salud.